Escapando a la rutina...

Este blog es de índole personal y pocas veces (alguna si) se habrá podido detectar en él ni ideas ni ideologías de ninguna clase, ya que considero que mi opinión es sólo mia y que no me gusta propagarla como si fuera una verdad absoluta.. Además, no me gusta criticar ni hablar mal (ni bien) de nadie que no conozco.

Esta vez voy a hacer una excepción, porque el otro día ví en la tele un programa que me escandalizó y me indignó toda: "Cambio Radical", domingo noche, en Antena 3. Muy fuerteeee me pareció, muy fuerte y muy lastimoso. Y muy triste. Y muy penoso. Menuda estampa: mujeres llorosas clamando sus complejos al mundo sólo porque su nariz no tiene el tamaño que dicta la Elle. Y como las palabras autoestima y orgullo personal les debe sonar a vocablos chinos, pues se tiran a la cirugia estética, olvidándose completamente que este concepto se compone de dos palabras, "cirugía" y "estética", pero se centran en la segunda olvidando totalmente la primera. Como si pasar por quirófano fuera lo mismo que hacerse la manicura. Y lo doloroso realmente del asunto es que eran mujeres de físico normal, es decir, si hubiera visto que alguna de ellas pesara 200 kilos o que tuviera un lunar que le ocupara media cara, aun puedo comprender que estén acomplejadas (tan insensible no soy), pero coño, que eran normales, n-o-r-m-a-l-e-s. Mujeres de la calle normales, con amantísimos maridos y familia estupenda. Y allí estaban, en vez de alegrandose de lo que tienen y disfrutar de los suyos, se lamentaban quejosamente de que tienen el pecho caido. Si es que Dios le da pan a quien no tiene muelas.

Realmente, quizás me paso diciendo esto, pero quienes justifican su infelicidad basándose en la insatisfacción de su aspecto físico me parecen personas vacías, superficiales y bastante estúpidas. Lo siento, pero lo veo así. Son ganas de llorar porque si. Quizás me equivoco y soy muy burra y muy drástica, pero vaya, tengo la teoría personal que quienes tienen verdaderos problemas están tan ocupados solucionándolos o sobrellevándolos que no se detienen a cuestionarse si tienen la piel de naranja o no. Vaya, que no me imagino a nadie que tenga a su madre con cáncer preocupado por si tiene una espinilla en la barbilla. Y quienes tienen inquietudes vitales de cualquier tipo, valoran más la talla de su mente que la de su pantalón.

En fin, sigo comprobando que la gente está siempre pendiente de su físico, lo utiliza como excusa de su mala suerte, de su insatisfacción vital. Ser infeliz por estar acomplejado físicamente es el motivo más vulgar que conozco para ello. En vez de cultivar la mente cultivan el biomanan. Pues qué bien. Llora porque no tienes amor, porque no tienes amigos, porque no tienes rumbo en la vida. Llora porque hay injusticia en el mundo, porque no tienes familia, porque no hay respuesta a tus esfuerzos. Pero llorar porque tienes celulitis... Es demencial.

Y eso sin mencionar que luego nos asombramos de que haya anorexia y que las niñas pidan al cumplir los 18 una 95 de sujetador. Menudo mensaje implícto conlleva el programito de marras: si eres guapo serás feliz en la vida. Muy educativo. Entre esto, la Estebán y el Tomate, luego nos extraña que los adolescentes tengan los valores alterados.

Tengo ganas, por curiosidad, de ver el programa "Desnudas", de Cuatro. Propugna todo lo contrario que "Cambio Radical": que aunque no seas perfecto, puedes lucir bien, sólo hay que saber sacarse partido. Ya está bien de los complejos por no cumplir los estándares de belleza que dictan tres diseñadores y otras tres directoras de revista: no hay nada más subjetivo que la belleza. No hay canones universales: que no se los inventen, y sobre todo, que no nos obliguen al resto de los mortales a seguirlos. Ya está bien de que nos tiranicen y ya está bien de que nos dejemos tiranizar: somos tan bellos como queramos vernos a nosotros mismos. Y cada uno es cada uno, único e irrepetible. Dejemos de intentar ser clones de una imagen inventada (por alguna mente malvada, seguro) y seamos felices con nuestra anatomía....