El Blog

Categorías

El post que me hizo ilusión

Alojado en
ZoomBlog

Bichos sobrevalorados

Por Elena - 17 de Septiembre, 2007, 11:35, Categoría: Post-protesta

El estado de felicidad y euforia que manifiesta el enamorado está provocado por la fenitelitamina, neurotransmisor, localizado en la región del cerebro llamada hipotálamo. Un estado que incluso puede provocar una cierta "ceguera" (el afectado se niega a ver los defectos de su enamorado), circunstancia provocada, según los científicos, por presentar elevados índices de fenitelitamina. Pero esta molécula no es la única culpable. También juegan su papel la dopamina y la serotonina. La primera actúa en la fase de atracción inicial por alguien, avisando al cerebro de la cercanía de esa persona deseada y centrando su atención en ella. Al mismo tiempo, la serotonina afecta al estado de ánimo, que varía mucho durante la fase de enamoramiento dependiendo de si las expectativas creadas se ven o no colmadas.
Pero, como casi todo lo bueno, los efectos de la "molécula del amor" tienen fecha de caducidad. Entre los 18 meses y los tres años su influencia disminuye drásticamente. Las llamadas "mariposas" desaparecen gradualmente con el paso del tiempo.

Y ante estas palabras, yo cavilo y me pregunto... ¿las mariposas dictan la duración de una pareja? ¿tan sólo es válido estar con tu pareja mientras haya estado de enamoramiento? ¿Y si se acaba ese estado ideal ya no es válido estar con esa pareja? ¿Y que pasa con la confianza, la complicidad, la incondicionalidad? ¿Cuando dicen que el amor tiene fecha de caducidad, se refieren a eso, a las mariposas, a los efectos de la fenitelitamina? ¿La estabilidad se carga el amor? ¿Por qué? ¿No es el amor estable lo más gratificante del mundo? ¿No es lo que soñamos? Cuando nos casamos es para toda la vida…. ¿Y porque nos lo cargamos, pues? ¿Por ausencia de qué? ¿De emoción? ¿De mariposas? ¿De fenitelitamina? ¿De comunicación? ¿Nos aburrimos de las personas? En realidad.. ¿somos incapaces de ser constantes ni fieles a nadie y vivimos en un continuo autoengaño? ¿La novedad es mejor que la estabilidad?

No entiendo nada.

Mis padres llevan casados exactamente 36 años. No hay mariposas entre ellos. El estado de enamoramiento hace tiempo que desapareció. Dudo bastante que ardan de pasión cuando se meten juntos a dormir por las noches. Pero se quieren. El uno es la familia del otro, el compañero incondicional del otro, en quien pueden confiar ciegamente. ¿Acaso eso no es más grande que las mariposas, que el mero hecho de estar enamorado? Cuando alguien extraño, de repente, se vuelve tan de tu sangre como tu hermana/o, que no concibes simplemente la vida sin esa persona, ya que no existe... ¿No es mucho más grande eso que las mariposillas estomacales? Porque su amor se basa en construir y trabajar la relación, día a día, en pequeñas cosas, durante el tiempo, durante los años.... Lo estable, aunque rutinario, ¿no es acaso mejor? Las mariposas, en cambio, son efímeras y volátiles... y muy traicioneras. ¿Porque entonces la gran mayoría de las personas estamos tan enamorados de la idea de estar enamorados?  Veo continuamente a gente abandonar a sus parejas exclusivamente por la falta de mariposas, ignorando plenamente sus méritos como personas, su dedicación, en busca de nuevos bichos radiantes que les alegren la existencia.... Y no lo comprendo. Reconozco que mi falta de comprensión se debe a que yo siempre he sido abandonada por falta de los susodichos insectos, y cuando lo has dado todo, anda que no jode.... Ya no te quiero, te dicen, tan panchos, y tú te quedas con cara de tonta, preguntándote cuando demonios se te ha olvidado echarle el polen a la mariposa para que se mantuviera fresca y lozana...

Demos la vuelta a la cuestión: he visto varias veces como hay personas que aguantan maltratos psíquicos (gracias a Dios nunca he visto de primera mano maltrato físico), desprecios, tomaduras de pelo, de su pareja. Déjale/a, les digo, te trata fatal. No es tan fácil, me responden, la/le quiero.

Y sigo sin entender nada.

Más bien, ante tal respuesta, me quedo anonadada.

¿El estar enamorado/a es excusa y/o motivo suficiente para dejar de lado tu orgullo y tu integridad personal? ¿Sentir un chute de fenitelitamina es el motor de la vida, o como va esto? Me trata como a un perro, pero el amor, ah!, el amor, ese sentimiento supremo, hace que toda humillación me resulte soportable, aguantaré estoicamente, por amor. La dependencia emocional, vaya una mierda, con perdón. Es penoso, es denigrante.

Mariposas, o no mariposas, he ahi la cuestión. Amor, o la ausencia de él. Siempre el amor como respuesta final, sin réplica posible. El amor nos permite autodestruirnos, o destruir a otras personas, siempre es la gran respuesta, el gran motivo. Intenta convencer a alguien enamorado de que deje a su pareja hijadeputa: es imposible. Antes un culé deja de ser del Barça. Y al revés: por el aleteo de la mariposa, habrá quien abandone lo más preciado sin pensarlo ni un minuto. Un caso cercano: hombre deja a su mujer tras taintantos de matrimonio. La mujer se había dedicado demasiado tiempo a los tres hijos y le había desatendido, se vé. Sin embargo, sé de buena tinta que se hubiera dejado cortar un brazo por su marido, pero los niños son pequeños y reclaman atención. En el panorama aparece una secretaria rubia, joven y mona que si le atiende, y de qué manera... Me he enamorado, clama al cielo con el puño en alto, decidido, y ahí te pudras, familia, que la secre me da lo que vosotros no me dais... (¿más y mejores orgasmos?, me pregunto yo, que hay quien confunde las mariposas con la bragueta, pero ese es otro tema….) El amor me da licencia para hacer lo que se me antoje: nunca el egoísmo tuvo una excusa más romántica. Pero no importa: la sociedad me lo perdonara, porque quien se mueve por amor… será comprendido.

Otro caso: otro conocido mio se ha liado con su cuñada.. Se enrollan en la oficina de él, dando rienda suelta a su pasión... Cariño, llego tarde a casa, tengo trabajo en la oficina.. Y lo que estás trabajandote es a la cuñá.. En fin... Ahora, que estamos cerca de Navidad, me imagino las cenas familiares: pasame el cuerno de pavo... digo.. el muslo de pavo... Si no fuera triste, sería gracioso. Es que ya no siento nada por mi mujer, argumenta. Pero claro está, eso te da permiso para destrozarle la vida a tu hermano. En el fondo, es fascinante. El poder del amor o no-amor es brutal.

Y, por supuestísimo, aun no he entendido nada de nada. Y no sólo no entiendo nada, sino que además me indigno como una perra.

De hecho, me cago (con perdón) bastante en el amor cuando veo a gente sufrir por este motivo. Con lo difícil que está el pagar el alquiler, ya son ganas de buscarse razones extras y gratuitas por las cuales sufrir… Yo hace años me lo prohibí terminantemente. Y más o menos (más menos que más) lo he conseguido. El amor de pareja es algo superfluo. Nadie lo quiere reconocer, pero es así. Necesitamos amor, pero no necesariamente de pareja. Perseguimos quimeras continuamente, ideales, sueños de primevera eterna, mariposas esquivas.

Debo ser eminentemente práctica. Seguro que es eso.

Sondeo a Calamaro:

- Que esperas de mi?

- Yo quiero que seas mi compañera. Mi amiga.

Y le abrazo, aliviada. Porque en realidad es lo que busco yo. Un amigo fiel, incondicional, que no me falle. Es la respuesta que anhelaba. Yo no quiero grandes pasiones, no quiero mariposas, aunque las tenga. No las quiero, me río de ellas. Son alucinaciones, son espejismos. Yo deseo lo real, lo terrenal, esa persona que te quiere aunque tengas el pelo sucio y no te hayas depilado el bigote, y que le quieres aunque llegue tan reventado de trabajar a casa que ni te mire… Quiero la complementariedad, la naturalidad, la confianza. La sensación de equipo. De formar un equipo. No quiero mariposas. Que revoleteen encima de otras cabezas. Quiero apoyar y que me apoyen.

Me viene a la cabeza la película "Los puentes de Madison". Meryl Streep está henchida de amor a causa de la bandada de mariposas que habita en su estómago tras conocer a Clint Eastwood. Puede abandonar a su aburrido marido para irse con él, pero... no lo hace. Porque no se lo merece. Porque el aburrido y cateto de su marido siempre ha sido bueno con ella: le ha dado, dentro de sus posibilidades, una buena vida. ¿Se merece su traición? No, no la merece. Y a pesar de estar enamorada hasta los huesos del genial Clint, el gesto del personaje de Meryl hacia su marido es una brutal muestra de amor verdadero, de amor fiel, de amor sincero, agradecimiento y gratitud. Ante este tipo de sentimiento, yo me quito el sombrero. Al Cesar lo que es del Cesar. Y contra las mariposas, insecticida racional.

Alguna vez, al hablar así, me han acusado de ser una triste, una conformista. Quizás si. Asumo la etiqueta sin mayores pretensiones.

Y acuso a los demás de ilusos, de buscar quimeras, y sé que la más ilusa, la más tonta, la más ingenua, soy yo.

Porque no entiendo nada. Ni de mariposas, ni del amor, ni de la vida.

Permalink :: 83 Comentarios :: Comentar | Referencias (0)