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El post que me hizo ilusión¿A quién leo? |
Encuentros fortuitos muy afortunados
Por Elena - 25 de Septiembre, 2007, 11:40, Categoría: Anecdotario
Cualquiera que me conozca mínimamente sabe que creo mucho en el destino, entendido de manera amplia. Es decir, considero que muchas decisiones de la vida las tomamos nosotros mismos, pero otros muchos acontecimientos suceden de manera puramente aleatoria, o a veces debidos a una decisión tomada a la ligera tiene consecuencias mayores de las que podemos preveer, e incluso, otras veces, motivados por decisiones de terceras personas que influyen, sin pretenderlo, de manera decisiva en nuestras existencias sin que nosotros podemos hacer nada. La vida es poker y las cartas no las vas a elegir.... A eso me refiero como destino: como muchas vivencias las vamos a vivir sin haber elegido vivirlas, a veces tengo la sospecha de que pasan porque estabamos "destinados" a vivirlas.. No sé si me explico... De todas maneras, también creo que el destino es mutable según nuestros esfuerzos, y que lo vamos formando poco a poco.... Yo viví hasta los 11 años en Calella, y luego me fuí a vivir a Mataró. Cuando yo tenía 18 años, un señor jefe de mi padre decidió que mi amado progenitor seria mas rentable para la madre empresa en si trabajaba en León... Consecuencia directa: toda la familia (excepto mi hermana) nos mudamos a la capital leonesa... Consecuencias indirectas: Dejé a mi novio con el que llevaba más de dos años con toda la pena de mi corazón, y mi deseo de estudiar periodismo en Bellaterra se esfumó.. Cuando llegué a León, yo tenía muy claro que aun así, quería estudiar algo relacionado con la escritura, con los libros... Pensé en estudiar Filología, pero al final opté por estudiar Biblioteconomía. Bibliotequé? Biblioteconomía! Si para pasar el lapiz optico por el código de barras no hace falta estudiar, juasjuasjuas!! La cuestión es que un día, hace la friolera de 11 años (dios mio!!! ha pasado tanto tiempo ya!!!????), más o menos, estaba yo en la puerta de la clase de 1º en Biblioteconomía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León, y no conocía a nadie... Apoyada en la pared, vislumbré a una chica pequeñita, de rizos rubios, ojos azules, gafitas y pecas, de aspecto agradable. Me cayó bien tan sólo verla. Y decidí abordarla, así, como quien no quiere la cosa... La conversación fue más o menos así: - Hola! - Hola! - Estoy un poco perdida, sabes? no soy de Léon y no conozco a nadie. - Jaja, pues igual que yo. Yo tampoco soy de aquí y tampoco conozco a nadie. - Y de donde eres? - De Barcelona. Mi ojos adquirieron el tamaño de verdaderos platos. Para mi, irme de la provincia de Barcelona a León me estaba resultando tan exótico como irme al Aconcagua, y de repente, habia una barcelonesa enfrente mio!! - De Barcelona??? Yo también!! Ella también puso expresión de sorpresa. - Bueno, pero de Barcelona, Barcelona, no. Soy de un pueblo.... - Ah, yo también! (Yo ya estaba emocionadisima, vibraba de la emoción! ) De cual? - No lo conocerás.. - Va, que a lo mejor si!! De cual????? - De Calella. Flipé. Flipé mucho. Calella tiene 15.000 habitantes y está a 834 km. de Léon (viamichelin dixit). Y la primera persona con la que hablo, resulta que es de allí. - Que fuerrrrrrrrrrrrrrteeeeeeeeeeeeeeeeee!!! Yo también!!!! - No puede ser!! - Que sí, que si!!! - Halaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Y en ese comenzamos a hablar, a hablar, a hablar, e iniciamos una conversación.. Desde ese mismo y preciso momento, nos volvimos amigas íntimas. Hoy, aún lo somos. ;) Es más, rizaré el rizo: Hablando descubrimos que nuestras abuelas se conocían! y que, atención, el hermano de la mujer de su tio fue el primer novio de madre. Es más, gracias a nuestra amistad, mi madre y su tia han recuperado la suya despues de 40 años y ahora también son íntimas amigas. Que ella, mi ChicaDestino, de Calella como yo, fuera la primera persona de mi edad (más o menos, jajaja) con la que hablé en León fue muy significativo para mi. Fue la primera vez que pensé que a ciertas personas estamos destinados a conocerlas: porque te han de aportar algo, o tú a ellas, o aprender algo, no sé.. las variantes son infinitas... Más tardes, conocimos a Querida A, y el duo se convirtió en trio. Mil risas y mil situaciones avalan nuestra amistad y su calidad humana. Y si, adoro a mis amigas. No he podido tener otras mejores. |