Escapando a la rutina...

El lunes fue el cumple de Calamaro. Treinta años tiene ya el colega, desde el primer rizo de la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies..

¿Qué suele pasar en los cumpleaños? Que a menos que hayas estado en estado de letargo escondido en las profundidades de una cueva durante toda tu vida, se supone (se supone, claro) que hasta ese momento te has relacionado con otros seres humanos en múltiples circunstancias y coyunturas. Y eso implica que es probable que alguno de esos seres humanos con los que te has relacionado te llame por tu cumpleaños, claro está (a menos que seas un cretino mayúsculo, o un asesino de masas, o Julián Muñoz... juasjuasjuas, me he pasado, pobre hombre, seguro que le llama alguien por su cumpleaños... ¿su abogado? joeee, como estamos hoy... sigo).

Prosigamos con la lógica. El lunes fue el cumpleaños de Calamaro, ergo, gente le llama para felicitarle. Y entre la gente que le llama, pues su ex, muy maja y muy educada ella. Tras la llamada, me comenta:

Él: Mira, que maja, ¡se ha acordado!

Pues se podía haber acordado de pillarse el dedo con la puerta del coche, o de que tenía cita con el ginecólogo, o de la tabla de multiplicar del 5, que seguro que como es lerda ni se la sabe, pero no de llamarte, digo yo.

Yo: Pues claro, no podiamos esperar menos de un ser taaaaaaan maravilloso. (Sí, sé que la respuesta fue un poco caústica, si...).

Él: ¿Estas celosa? (Y como era evidente de que sí, se partió de risa....)

Yo: Grrrrr (si, gruñí como respuesta... soy la reina de la oratoria)

Él: Anda, no seas tonta, yo te quiero a tí...

Reconozco que me enfadé. No sé con que ni contra quien... Con Calamaro no, pobre, ni que hubiera invocado al dios manitú para hacer que su ex le llamara.. contra la pobre chica, en realidad, tampoco, ya que tuvo un gesto de educación y de cariño, que después de haber pasado un año juntos, es completamente lógico. Pero en ese momento, si la hubiera podido estrangular tal y como estrangula Homer Simpson a Bart, lo hubiera hecho. A dos manos. Con todas mis ganas. Que a mi chico no se le llama, connnnnnnnnnnnniooooooooo!!! Cagüentó! Si quieres llamar a alguien, llama al teléfono de la esperanza, so perraaaaaaaaaaaaaaaa!!!

Pero como soy un ser racional, o como mínimo lo procuro, se me pasó el berrinche. O hice que se me pasara. O fingí que se me pasó. En fin.

Tengo paranoia con las ex. Me da la sensación de que donde hubo llamas, quedan las brasas. No soy celosa con las chicas con las que, hipotéticamente, podria estar. Es una posibilidad que podría pasar o no, pero no es una certeza. No tengo porque dudar de mi pareja. En cambio, con las ex tengo la certeza de que ya han estado juntos. Y me pongo mala. Mala, mala. Mala, malísima... Mi chico haciéndole el amor a otra chica a la que, para más inri, le puedo poner rostro.. no puedo. Y si ya sé tengo el conocimiento de que la ha querido, el dolor de estómago se me multiplica.

Sé que no está bien pensar así, básicamente, porque yo también he tenido otras parejas a las que he querido mental y físicamente. Y no siento nada por ellas.

¿Porque en ciertos momentos la inseguridad me carcome? ¿Porque el temor de pérdida me invade hasta puntos paralizantes? Si nadie nunca me ha dejado por otra persona. Que yo sepa, nadie jamás me ha puesto los cuernos (y yo no puedo decir lo mismo... ah, ¿será que todo ladrón piensa que todo el mundo es de su condición?). No puedo alegar trauma (que gran cosa es alegar trauma: perdona que me comporte como si tuviera edad mental dos: es que estoy traumatizado.. es fantástico!!) Calamaro jamás me ha dado motivos para que desconfie, y eso que viaja muchisimo. Me enfado por una simple llamada o una simple foto... Sé que son inofensivas, inocentes. Entonces, que me pasa? Soy tontita? Inmadura? Que coño me pasa?

Mierda de celos.

Cuando me pasan cosas así, me alejo de la persona que quiero ser.