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El post que me hizo ilusión¿A quién leo? |
Febrero del 2008Blogletargo
La verdad es que últimamente no tengo ganas de escribir en el blog... He pensado en darle las gracias, el finiquito, y dejarlo morir.. pero es que tampoco quiero hacer eso, porque me conozco, y dentro de dos días me entrarán de nuevo ganas de escribir y no tendré blog donde hacerlo. Podría entonces crear otro pero no sería el mismo.. me gusta este blog. Me gusta "Escapando a la rutina". Le tengo cariño.. No quiero fulminarle. Los siete pecados capitales: envidia
Por Elena - 21 de Febrero, 2008, 11:00, Categoría: Idas de olla
Como ser imperfecto que soy, cumplo a la perfección los siete pecados capitales... Pero lo he estado pensando, y la verdad, aun pudiendo pecar de pretenciosa (si no es de una cosa, se peca de otra, es inevitable, ¡como le gusta a Aun así, según la definición de envidia (envidia es un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro, la base de la envidia es el afán de poseer), ya me dirás tú quien es el guapo que se libra de ser envidioso. Es casi casi misión imposible. Todos queremos algo que no tenemos y, en cambio, si lo tiene otra persona. Siempre queremos lo que no tenemos, o imaginamos querer lo que no tenemos, porque es increíble como despreciamos mucho lo que tenemos a favor de algo que no tenemos, o como la imaginación o la ignorancia nos induce a creer que queremos algo que en realidad no queremos ni de coña. Ya lo dice el proverbio: ten cuidado con lo que deseas, podría hacerse realidad. De mi abuelita, que es una mujer de casi 88 años muy sabia, y quien me ha inculcado el amor a los refranes, aprendí que: Siempre creemos que la hierba del prado del vecino es más verde. Por tanto, yo creo que la envidia es inherente al ser humano. Todas las personas se comparan entre sus iguales. Lo gracioso está luego en los matices, en que las comparaciones y envidias son diferentes según en qué grupo y/o estamento social te muevas: la soltera envidia a sus amigas casadas; los ricachones envidian el superdeportivo con tres reproductores de audio y video del otro ricachón; los indígenas la buena cosecha del indígena del poblado de al lado; el adolescente envidia que su amigo liga más y encima le dejan llegar más tarde que a él. Dime a qué grupo social perteneces y te diré qué envidias. Somos tan simplones… Ays… Luego nos quejamos que los publicistas hacen con nosotros lo que quieren. Normal. A todas las conclusiones que he soltado en la parrafada anterior había llegado yo solita, usando de vez en cuando la media neurona que aun me queda… Pues resulta, que hace un par de años, en el Sant Jordi del El párrafo es el siguiente: La idea de la sociedad postindustrial está basada en tener y no en ser, como diría Erich Fromm. Nos han condicionado con un axioma que viene naturalmente a nosotros, si no somos capaces de evitarlo. Esta frase es a la vez usada como motor y como trampa. La frase es: "QUÉ FELIZ SERÍA YO CON LO QUE NO TENGO" Donde lo que no tengo no es un auto, una casa, un buen sueldo, una pareja. Lo que no tengo es "lo—que—no—tengo"; quiero decir una unidad no posible. O sea, que siempre queremos lo que no tenemos. Y como sólo nos inspiramos con los que tenemos alrededor, siempre veremos algo que tienen los demás que nosotros no tenemos que nos mola. Y eso nos causa insatisfacción. Aquí acaba Fromm. Yo añado que el origen de la envidia empieza en este punto. (Si alargo esta idea 200 páginas y le doy forma de libro, y me lo publican, sería filósofa!!!) Joé, cuanto he escrito ya… Podríamos hablar también de la envidia malsana, ese deseo tan grande de tener algo que no se tiene que hace putear sin ningún problema de conciencia a quien si lo tiene para arrebatárselo, o para, simplemente, que nadie lo tenga.. Pero fíjate, vuelvo a repetir lo del principio del post, no soy envidiosa (o al menos, no mucho), así que no sé, no me he visto inmersa en este sentimiento. Tampoco he sido victima.. sé que en algún momento he sido envidiada (cosa que me hizo gracia y hasta ilusión, y una gran pérdida de tiempo, todo sea dicho de paso), pero no hubo ningún acto malvado hacia mi.. Así que por propia experiencia no puedo hablar… Petonitos a mansalva. Me despido por hoy. No me seáis envidiosos. No creáis que la hierba del vecino es más verde que la vuestra. Porque es mentira. El verde es verde, y la hierba es hierba. Y más vale dar muchos paseos en el 600 heredado de tu padre, que pasarse el día encerrado en casa añorando el Porsche que probablemente nunca tendremos. Los siete pecados capitales: Pereza
Por Elena - 19 de Febrero, 2008, 11:18, Categoría: Idas de olla
Como ser imperfecto que soy, cumplo a la perfección los siete pecados capitales... ¿El regalo perfecto?
Por Elena - 14 de Febrero, 2008, 12:41, Categoría: Buen humor
No sé si lo he comentado alguna vez, pero en la editorial comparto despacho con tres chicos: Chico Encantador, Chico Quejita y un clon de Harry Potter. La verdad es que nunca hasta ahora había trabajado tan íntimamente con tanto chico, siempre había trabajado inmersa en verdaderos ecosistemas femeninos, y lo cierto es que la experiencia está resultando muy satisfactoria. Me río muchísimo con ellos, son más despreocupados que las mujeres, y aunque también son muy trabajadores, se toman con las cosas con otro ritmo… Ni se alteran, ni se enfadan, ni se estresan.. No sé si es por el gen masculino de la no-histeria o porque ellos son así, pero vaya, trabajar con hombres está siendo todo un descubrimiento. Chico Encantador: Un disfraz de enfermera, para jugar a los médicos. Elena: (Ays… ¿¿Porque a mi???) No!! No me vale! Otra cosa!! Chico Encantador: Oye, que el disfraz en realidad es para ti, no para él! Elena: (Qué graciosillo…) Ya, ya me lo imagino… no creo que a Calamaro le gustara ponerse una cofia.. No me gusta! ¿Otra idea? Harry Potter: Unas esposas. Chico Encantador: Un bikini de nata. Chico Quejita: Un anillo vibrador. Elena: (Desesperada…) No. No. ¡No! Por Dios! Algo que no esté relacionado con el sexo!!! Harry Potter: Pero es que ese sería el regalo perfecto. Elena: No creo que el regalo perfecto tenga que estar necesariamente ligado al sexo, hombre.. mi vida sexual ya va bien! Y ya tengo unas esposas!! Los tres: ¿¿¡¡ TIENES UNAS ESPOSAS!!?? La rutina deseada
Hoy he estado leyendo mi blog y me doy cuenta que hace mucho que no escribo sobre mi, sobre mis sentimientos, sobre mi vida normal... Lo cierto es que ahora mismo, desde que vivo en Montmeló, tengo una vida absolutamente normal, absolutamente rutinaria, aburrida, quizás, inclusive. Pero lo cierto es que soy muy feliz. Si, lo puedo decir, lo proclamo. Soy asquerosamente feliz. Casi me dan ganas de pedir disculpas. Veo en la televisión las desgracias ajenas, a gente de países lejanos pasando hambre, a gente que vive a dos pasos de mi casa pasando penurias, y la culpabilidad me golpea las paredes del estomago. Pero que le voy a hacer. Soy feliz. No puedo evitarlo. Siento el egoísmo, de verdad que lo siento. Quizás tendría que tener más conciencia social, salir de la burbuja rosa en la cual me he sumergido. Tendría que rebelarme contra la esclavitud capitalista impuesta. Pero, simplemente, no me apetece. En cierto modo, creo que me lo merezco. Lo he pasado mal. Es mi recompensa vital. Lamento el ombliguismo, pero he estado durante tanto tiempo vacía, que ahora me relamo de gloriosa plenitud. No se puede ignorar, quien sabe cuanto tiempo permanecerá. No tengo mucho dinero, he de hacer números con la calculadora para llegar a fin de mes. No puedo hacer grandes viajes, no comprarme los últimos modelitos. Pero vivo bien, sin lujos pero sin carencias. Leo los libros que me gustan. Escucho la música que me apetece. Como la comida que quiero. Hago (dentro de mis posibilidades) lo que deseo. Trabajo contenta en la editorial (a pesar de ciertas nubes de quiebra empresarial que nos rondan, pero bueno, eso en otra ocasión las contaré…). No tengo grandes ambiciones, tan sólo aspiro a que el domingo haga buen tiempo para poder pasear por el campo en mi bicicleta nueva. Y, sobre todo, la persona con la que comparto mi vida me encanta, me llena, me complementa. Aleluya. Durante años, intuí que la felicidad era la rutina deseada. De tanto escapar a la rutina, por fin he caido en ella. Que suerte la mía! Escuchando: Walking On Sunshine, de The Pretenders. Otros mensajes en Febrero del 2008
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